Un regalo de la hermana del novio en el último momento. Soy de los que piensan que toda pareja debe tener sus fotografías de boda y por ello, aunque en ningún momento había contactado con la pareja, allí estuve en la ceremonia para inmortalizar la ceremonia y la celebración además de una pequeña sesión personal para los recien casados.

Amor y Victor quedaron encantados con las fotografías ya que fue algo inesperado. Cuando vuelvan a ver estas fotografías dentro de 20 años seguro que estarán mucho más agradecidos al regalo que recibieron en el momento preciso.